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La rehabilitación energética de un edificio supone un ahorro del 60% de energía

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Los edificios y el sector de la construcción son los responsables del 38% de las emisiones de gases de efecto invernadero en nuestras ciudades. Es por ello que desde hace varios años las entidades públicas y privadas tanto europeas como españolas intentan legislar para reducir estas cifras como medio eficaz para luchar contra el Cambio Climático.

En España esta cuestión cobra especial importancia si tenemos en cuenta que un 35% del parque inmobiliario tiene más de 50 años. Estas dimensiones hacen que la labor de rehabilitación y adaptación de estos inmuebles a los nuevos tiempos se convierta en un tema urgente que requiere un esfuerzo titánico por parte de administraciones, empresas privadas y ciudadanos.

Éste debe ser, a juicio de Julián Salcedo, presidente del Foro de Economistas Inmobiliarios, «un plan a largo plazo no algo puntual» ya que según apunta el experto, «la rehabilitación de edificios debe enfocarse desde una triple perspectiva, la económica, la social y la ambiental».

Y es que la mayoría son edificios que no se ajustan a las nuevas condiciones de habitabilidad exigidas, tampoco a las condiciones térmicas y energéticas modernas, por lo que se convierten en verdaderos succionadores de energía.

De la teoría a la práctica

Como es lógico la rehabilitación de un edificio o una vivienda requiere de una inversión cuantiosa, en ocasiones mayor que la de una obra nueva. Por eso a veces los propietarios de los edificios se resisten a acometer las reformas.

Desde las administraciones y en concreto, desde los ayuntamientos, se lleva tiempo trabajando en hacer una labor de concienciación hacia las empresas y los particulares. Sin embargo, según apunta Isabel Calza, Delegada de Vivienda en el Ayuntamiento de Madrid, “no basta con las buenas intenciones ni con poner un montón de millones sobre la mesa”. La experta afirma que “hay que ir de la mano de los ciudadanos, con eficacia en la gestión y la simplificación de las normas clave, para poder transformar energéticamente nuestras ciudades”.

Por su parte, Sigfrido Herráez, Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, insiste en que además hay que incidir en la concienciación de los ciudadanos y afirma que “tienen que creerse que efectivamente en una vivienda se puede ahorrar un 60% de energía sobre una vivienda que no tiene las condiciones de haber sido intervenida desde el punto de vista energético”.

Medidas para mejorar la eficiencia energética

Pequeñas intervenciones como la mejora del aislamiento de la envolvente del edificio o la sustitución de las ventanas por aquellas de PVC y triple cristal, pueden suponer una cuantiosa reducción del consumo de energía y también de ruido.

En lo que atañe a las fuentes de energía que nutren el edificio, hace ya algunos años que se hizo un esfuerzo en nuestro país por sustituir las fuentes tradicionales que nutrían los edificios para hacer funcionar las calefacciones. Muchas calderas eran de gasoil. Poco a poco se fueron sustituyendo por aquellas de gas natural.

Ahora la rehabilitación energética incluye el paso hacia la aerotermia, un sistema novedoso cuyo funcionamiento se basa en una bomba de calor aire-agua. Ésta aprovecha la energía térmica almacenada en el aire y consigue así alimentar con energía limpia un sistema de calefacción en invierno, climatización en verano y agua caliente sanitaria todo el año. Este sistema permite obtener hasta un 77% de energía gratuita del aire exterior.

Este sistema puede combinarse además con la instalación de paneles solares térmicos o fotovoltaicos que además fomentan el autoconsumo energético