Probablemente el último gran invento aplicado a las comunidades de vecinos fue el mando a distancia para la puerta del garaje. Desde entonces y salvo honrosas excepciones, los edificios de viviendas de España no cuentan con mayor aportación tecnológica en pleno siglo XXI.
Reuniones de vecinos impepinablemente presenciales con votaciones a mano alzada, folios pinchados en corchos para reservar la sala comunitaria o bombillas fundidas durante meses. Símbolos de cualquier buena comunidad de vecinos. Aunque poco a poco la tecnología también va penetrando en estos ecosistemas tan analógicos.
La pandemia de coronavirus ha tenido mucho que ver en todo esto junto con la necesidad de mantener un distanciamiento social. Impulsando de esta forma algunas iniciativas que se cocían a fuego más lento que el deseado dentro de los departamentos tecnológicos.
Por no hablar de toda la parte de IoT (Internet de las cosas, por sus siglas en inglés) y el panorama actual de domótica que permiten otorgar ciertas comodidades a unos precios competitivos. Todo para acercar un poco las comunidades de vecinos a nuestros tiempos.
Comunidades inteligentes
Algunas comunidades de vecinos ya cuentan incluso con aplicaciones para teléfonos inteligentes y asistentes virtuales. «El asistente puede tramitar directamente órdenes como duplicados de recibos, poner una incidencia, solicitar una cita con el administrador… Y esto es solo de momento», ha explicado a OMICRONO Enrique Sánchez, director general de IESA. Si el asistente no es capaz de cerrar la petición del usuario, se genera un ticket en el despacho para que el administrador pueda tramitarlo.
Tucomunidapp IESA Omicrono
El asistente virtual Tuco está dentro de la aplicación creada por IESA para la gestión de comunidades de vecinos. «Si vas por el portal y ves que una bombilla se ha fundido o hay un cristal roto, haces una foto y mandas la incidencia directamente por la aplicación. La información llega entonces al administrador quien la rebota al servicio de mantenimiento». Todo casi automático.
El asistente virtual, más allá de la app, también se encuentra en plataformas más accesibles y extendidas. «El usuario puede hablar con Tuco por WhatsApp, como si fuera un bot, y también está integrado en los asistentes virtuales Google Assistant y Alexa«.
«Alexa, abre Tuco y pon una incidencia». Esto proporciona un mundo de posibilidades muy interesante. Google Assistant viene integrado en la inmensa mayoría de los smartphones con Android y Alexa tiene app para todos los sistemas operativos. En cualquier momento y lugar podremos reportar incidencias a golpe de comando de voz.
Reserva de piscina IESA Omicrono
Los asistentes virtuales, según nos cuenta Enrique Sánchez, «tienen muchas posibilidades de ayuda a personas discapacitadas. Gentes con problemas de visión a quien les resulta muy complicado manejar un teléfono pueden dar órdenes a un asistente virtual usando solamente la voz».
IESA tiene aproximadamente 280.000 comunidades de propietarios que lo están utilizando y «se notan mucho las funcionalidades estacionales». Los aforos limitados en las piscinas debido a la pandemia han impulsado el uso de las reservas mediante la aplicación. «Durante los fines de semana también incrementan las reservas de las pistas de pádel y tenis».
Internet de las Cosas
«Para este próximo 2021 estamos planeando integrar el ecosistema de Internet de las cosas. Ya lo estamos probando internamente», nos apunta Sánchez. La funcionalidad más básica que planean desplegar es poder abrir las puertas de acceso a la comunidad desde la propia aplicación. «Que el usuario pueda abrir la puerta del portal, la del garaje o la del acceso a la piscina usando el teléfono móvil«.
Punto interesante también el que permite a los propietarios que tienen alquilado el piso limitar en el tiempo el acceso a la aplicación. «El ejemplo perfecto son los pisos y apartamentos vacacionales. El propietario puede habilitar una fecha de inicio y otra de final para que puedan usar la app como ‘llave’ del edificio o del garaje».
Edificios de viviendas @leohoho en Unsplash Omicrono
Todo lo anterior desde el punto de vista de los actuadores, uno de los muchos elementos IoT que existen en la actualidad. «Estamos trabajando también en sensores que le ‘hablen’ al administrador y nos podamos anticipar a las incidencias». Uno de ellos es un sensor de inundación que se puede instalar en puntos críticos como el garaje o en una cubierta. «Si un sumidero de agua se queda inundado, pretendemos que el sistema sea capaz de avisar al administrador para que pueda mandar a alguien lo antes posible».
El uso de sensores se puede ampliar también a los cuadros eléctricos donde la temperatura debe estar controlada o detectores de movimiento en determinadas zonas del edificio a horas inadecuadas. «Nos podemos imaginar una zona de trasteros a alguien merodeando a las tres de la madrugada o un sensor que detecta que la puerta del garaje se ha quedado más de cinco minutos abierta a esas mismas horas intempestivas».
El mismo concepto que se está empezando a desplegar en las casas, donde cada vez existen más sensores, aplicándolo a las comunidades de vecinos. «Otra de las aplicaciones puede ser un sistema de riego inteligente que sea capaz de saber si va a llover consultando la previsión por Internet. De esta forma no se desperdicia agua y los jardines se mantienen mejor».
Gestión incidencia IESA Omicrono
Los sensores abarcan prácticamente todos los aspectos de la vida cotidiana. Otra de las aplicaciones que están estudiando en IESA es la de instalar sensores de calidad del aire. En los garajes pequeños con poca ventilación, se suele acumular mucho humo de los coches mientras realizan las maniobras para aparcar, lo que puede resultar en una baja calidad del aire. Exactamente lo mismo ocurre con la transmisión del coronavirus, cuya propagación se frena si el aire se renueva convenientemente.
Reuniones de vecinos virtuales
Las aplicaciones de videoconferencia han tenido un auge muy importante en los últimos meses. Personas que nunca se habían enfrentado a hablar por videollamada han dado el salto para sentirse más cerca de sus seres queridos y otras han tenido que adaptar las reuniones de trabajo con estas herramientas.
Las reuniones y juntas de vecinos no iban a ser menos. Además, con las tecnologías actuales se consigue un nivel de seguridad apropiado para ofrecer las garantías en las votaciones. IESA ha impulsado mucho este servicio de ‘telejuntas’ durante los últimos meses. Lo ha hecho apoyándose en el blockchain y en una herramienta que permite la participación directa de los vecinos. «Hemos integrado una capa que permite a los vecinos solicitar turno de palabra», nos ha contamos Enrique Sánchez.
Asimismo, tienen la posibilidad de votar mediante la aplicación. «El administrador o el presidente pone un anuncio y unos temas sobre los que hay que votar. Los usuarios pueden hacerlo durante un tiempo estipulado [del orden de días] y ese voto es igual de válido que otro realizado de forma presencial». Luego, el administrador y el presidente sí se reúnen para dar cuenta de todo.
FUENTE; EL ESPAÑOL